La Escuela de Bellas Artes del Ecuador fue fundada por incentivo del presidente García Moreno para la enseñanza de la pintura y la escultura, se inauguró en mayo de 1872 bajo la dirección del pintor Luis Cadena, recientemente venido de Italia.
La finalidad de esta nueva institución era conservar los tesoros artísticos que encerraban las iglesias y conventos y reanudar la tradición quiteña de los maestros de taller. Para dar continuidad a este proyecto envió de becarios a Italia a Juan Manosalvas y Rafael Salas con la consigna de que integraran a su vuelta el cuerpo del profesorado de pintura. Para Maestro de escultura comprometió al escultor español Juan González y Jiménez, domiciliado en Roma.
Los artistas que se formaron en esta escuela lograron forjar una nueva expresión cultural, la cual fue el resultado de un dilatado proceso de transculturación entre lo aborigen americano y lo europeo y es una de las manifestaciones más ricas del mestizaje y del sincretismo, en el cual aparentemente la participación del indígena vencido es de menor importancia frente al aporte europeo dominante. Lo cual se ve reflejado en sus obras.
Como fruto del sincretismo cultural y del mestizaje las obras de la Escuela Quiteña se caracterizan por la combinación y adaptación de rasgos europeos e indigenistas y en sus etapas refleja todos los estilos imperantes en cada época en España y así tiene elementos renacentistas y manieristas; durante su apogeo es eminentemente barroca concluyendo con una corta etapa rococó que desemboca en un incipiente neoclasicismo hacia la fase de transición a la etapa republicana.
Como fruto del sincretismo cultural y del mestizaje las obras de la Escuela Quiteña se caracterizan por la combinación y adaptación de rasgos europeos e indigenistas y en sus etapas refleja todos los estilos imperantes en cada época en España y así tiene elementos renacentistas y manieristas; durante su apogeo es eminentemente barroca concluyendo con una corta etapa rococó que desemboca en un incipiente neoclasicismo hacia la fase de transición a la etapa republicana.
Las características que denotan su raigambre indígena son:
· Se da una "quiteñización" de los personajes, muchos tienen rasgos mestizos y atuendos locales.
· Aparecen con frecuencia costumbres ancestrales aborígenes.
· Las escenas se ubican en un ambiente propio del paisaje andino, de sus ciudades, de su arquitectura.
· Existe la presencia de fauna local (llamas en lugar de camellos y caballos; cuy en sustitución del Cordero Pascual; monos, zarigüeyas, tapires, felinos, junto con los clásicos borregos de los pastores, etc.), y la flora nativa se descubre en guirnaldas, bordados, incrustaciones, platería, tallas, etc.) al igual que la adopción de plantas vernáculas sustituyendo las de la iconografía tradicional europea.
· En escultura y pintura hay presencia de personajes y costumbres propios del medio; el ejecutor de la obra de arte es el artesano local, de milenaria tradición artística propia; se da una adopción por "naturalización" de los santos europeos, por ejemplo, San Jacinto de Polonia se conoce como San Jacinto de Yaguachi.
· Otra característica propia es la aplicación primero de pan de oro o de plata y luego a una pintura aguada que permite que el brillo metálico dé una apariencia especial.
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/04701737577926795432268/p0000008.htm